Entre juegos, dulces, disfraces y festivales escolares, este 30 de abril millones de niñas y niños en México celebran el Día del Niño, una fecha profundamente arraigada en la cultura nacional. Pero más allá de la festividad, el día nos invita a recordar que la infancia merece algo más que regalos: merece derechos plenos, respeto cotidiano y políticas públicas que garanticen su desarrollo integral.
🎈 ¿Por qué se celebra el Día del Niño el 30 de abril en México?
La elección de esta fecha tiene raíces históricas y sociales. En 1924, el entonces presidente Álvaro Obregón y su secretario de Educación, José Vasconcelos, declararon el 30 de abril como el Día del Niño, tras la adhesión de México a la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño impulsada por la activista británica Eglantyne Jebb, fundadora de Save the Children.
A diferencia de otros países que conmemoran esta fecha el 20 de noviembre (día en que la ONU adoptó la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989), en México se optó por abril para no empalmar con las festividades revolucionarias.
Desde entonces, esta celebración se ha mantenido como un recordatorio de la importancia de proteger la niñez, aunque a menudo se reduce a actos simbólicos o comerciales.
📜 La infancia como sujeto de derechos
Hoy más que nunca es fundamental reconocer a las niñas y niños como sujetos plenos de derechos y no solo como receptores de cuidados o consumidores de productos. La Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por México en 1990, establece que los Estados deben garantizar:
El derecho a la vida, al desarrollo y a una identidad propia
Acceso a la salud, educación y protección contra cualquier forma de violencia
El derecho a opinar sobre los asuntos que les afectan
El derecho al juego, al descanso y a vivir en un entorno sano y seguro
A pesar del marco legal, los desafíos siguen siendo enormes: pobreza infantil, trabajo forzado, violencia intrafamiliar, abandono escolar, acceso desigual a servicios de salud, y recientemente, los efectos de la violencia armada y el desplazamiento interno.
📊 Datos que duelen: las deudas con la infancia en México
Según datos recientes de UNICEF y CONEVAL:
Más del 50% de los niños en México vive en situación de pobreza.
Alrededor de 3.3 millones realizan alguna forma de trabajo infantil.
Casi 1 de cada 3 niñas y niños ha sufrido violencia física o emocional en casa.
En zonas rurales e indígenas, la desnutrición y la falta de acceso a servicios básicos son aún más preocupantes.
Estas cifras reflejan que la celebración del Día del Niño no puede limitarse a fiestas escolares o entrega de juguetes. Es un llamado urgente a fortalecer la inversión pública y comunitaria en las infancias.
🤝 Recomendaciones para proteger y dignificar a las infancias todo el año
El bienestar de la niñez no es responsabilidad exclusiva de madres y padres. Es una tarea colectiva. Estas son algunas acciones concretas que pueden marcar la diferencia:
1. Escuchar con atención
Validar las emociones, ideas y preocupaciones de niñas y niños fortalece su autoestima y fomenta el respeto mutuo. Preguntarles cómo se sienten, qué desean y qué opinan es reconocerlos como personas con voz.
2. Educar sin violencia
México ha avanzado en la prohibición del castigo corporal, pero su erradicación cultural aún es un reto. La disciplina positiva, basada en el respeto y la empatía, ofrece herramientas eficaces para la crianza sin recurrir al miedo.
3. Fomentar el juego y la creatividad
El juego no es una pérdida de tiempo, es una herramienta fundamental de aprendizaje y expresión emocional. Garantizar tiempo y espacio para jugar es también una forma de proteger la salud mental infantil.
4. Detectar y actuar ante señales de maltrato
Docentes, vecinos, familiares y cuidadores tienen la responsabilidad de identificar señales de violencia o abandono. Denunciar a tiempo puede salvar una vida.
5. Crear entornos libres de discriminación
Niñas y niños indígenas, con discapacidad, migrantes, de la comunidad LGBTQ+, en situación de calle o en contextos violentos enfrentan múltiples barreras. Promover la inclusión, el respeto a la diversidad y el trato digno es un deber ético.
🌎 Más allá del 30 de abril: un compromiso permanente
El Día del Niño debe ser un recordatorio para todos: la infancia no puede seguir esperando. Las políticas públicas deben estar centradas en su bienestar, y las decisiones privadas —desde la crianza hasta los medios de comunicación— deben tratarlos con cuidado, empatía y respeto.
Cada abrazo, cada oportunidad de aprender, cada momento de juego libre y cada voz escuchada, construyen un país más justo.
Porque los niños y niñas no son el futuro: son el presente. Y merecen vivirlo con dignidad.