De acuerdo con un comunicado de la Campaña Nacional en Defensa de la Soberanía Alimentaria y la Reactivación del Campo Mexicano, un decreto por el que se establecen diversas acciones en materia de glifosato y maíz genéticamente modificado, establece en su artículo cuarto el 31 de marzo de este año como fecha de prohibición definitiva del glifosato.
Agregó que esta medida tiene como objetivo la protección de la riqueza biocultural y los derechos a la salud, a un ambiente sano y a una alimentación adecuada.
Sin embargo, los senadores de Morena, Nancy Sánchez Arredondo y Rafael Espino de la Peña presentaron el pasado 12 de marzo un punto de acuerdo para exhortar a titulares de las instancias gubernamentales competentes y al presidente Andrés Manuel López Obrador, a considerar la ampliación del período de transición de la prohibición definitiva del uso de glifosato en el país.
Asimismo recordó que en 2022, como presidente de la Comisión de Estudios Legislativos Segunda y presidenta de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, respectivamente, Rafael Espino y Nancy Sánchez, se opusieron a la iniciativa de reforma de la Ley General de Salud que prohibiría el uso de Plaguicidas Altamente Peligrosos (PAP) en el país y fomentaría la producción y uso de Bioinsumos, como una alternativa agroecológica para fortalecer la prohibición del glifosato.
La campaña insistió en la peligrosidad comprobada del glifosato, clasificado como agente probablemente carcinógeno para los seres humanos (Grupo 2A) por la International Agency for Research on Cancer (IARC); y como plaguicida altamente peligroso (PAP), por la Pesticide Action Network International (PAN) y la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina (RAP-AL), entre otras; clasificación retomada en la respuesta de México a Estados Unidos, en el Panel de solución de controversias del T-MEC.
“El glifosato ha ocasionado daños graves a la biodiversidad, el ambiente y la salud humana; de acuerdo con información del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), se ha comprobado su alta residualidad y se encuentra presente en la tierra, en pozos de agua destinada al consumo humano, en sangre y leche materna de personas, en granos de maíz”.
“Sin Maíz no hay país” aclaró que el decreto no se refiere a sustituir el glifosato por otro producto específico, sino a cambiar el modelo agroindustrial de producción de alimentos, para lo que el Conahcyt ha difundido alternativas y experiencias exitosas de producción agroecológica implementadas junto con la Subsecretaría de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) a través de sus programas Producción para el Bienestar y Sembrando Vida, ha demostrando que la producción sin glifosato es viable.
Añadió que con la implementación de la agroecología, en más de cinco millones de hectáreas y con la participación de casi dos millones de agricultoras y agricultores de pequeña y mediana escala, han visto aumentos en los rendimientos y mejoras en las ganancias, así como una importante reducción del uso de agroquímicos tóxicos.