Las fuertes ráfagas impiden la salida de lanchas de la comunidad, la única forma de entrar y salir luego de que se le arrebató el acceso terrestre por una pugna agraria; ni médicos ni maestros ni personal de CFE puede ingresar.

Los aproximadamente mil habitantes de Santa María del Mar, comunidad ikoots a la que hace 14 años se le arrebató su único acceso por tierra, cumplieron hoy cuatro días sin energía eléctrica y sin poder salir de la población ante los fuertes vientos que azotan la región e impiden la navegación de lanchas en las aguas la Laguna Inferior del Golfo de Tehuantepec, su única salida. 

José Martínez, agente municipal de esa localidad perteneciente al municipio de Juchitán, recordó que la población lleva 14 años prácticamente aislada, porque sus vecinos de la comunidad hermana de San Mateo del Mar, también ikoots, colocaron cadenas en el camino de terracería y les impiden el paso, por un conflicto agrario.

Desde entonces, la comunidad pesquera utiliza lanchas para atravesar la Laguna Inferior, mismas que llegan a un embarcadero de sus vecinos de San Dionisio del Mar, tras una travesía de 40 minutos y desde ahí abordan camionetas para llegar a Juchitán, donde se abastecen de víveres y gasolina.

Pero por los fuertes vientos del frente frío número 16, los lancheros no pueden salir para evitar volcaduras  y naufragios, como el que ocurrió en enero de 2017, cuando una lancha se hundió por los altos oleajes y provocó la muerte de tres personas.

Esta situación ha causado que desde el pasado fin de semana, señala José Martínez, la población se quedara sin maestros y sin médicos, debido a que ellos tampoco pueden ingresar en lancha.

 Además, los fuertes vientos también dañaron los sistemas de una granja solar de dos mil megas con la cual se proporciona electricidad a la población y el personal técnico de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que tiene su cargo la operación y el mantenimiento de los 273 paneles solares que suministran electricidad a 160 luminarias para el alumbrado público que instalaron las autoridades en julio del año pasado, tampoco pueden atender las fallas. 

“La gente se enoja porque no tenemos camino terrestre desde hace 14 años, estamos explorando alternativas de acceso, pero por ahora, cada que hay vientos fuertes (100 a 120 kilómetros por hora), no entran los médicos, tampoco los maestros y escasean los víveres en las tienditas”, advirtió el agente municipal.

De acuerdo con las autoridades de Protección Civil, los efectos del frente frío tienden a diluirse, pero para el fin de semana se anuncia la llegada de otro fenómeno ventoso sumado a descenso de temperaturas.

“Bajo esas condiciones, nadie sale de la comunidad para comprar alimentos y tampoco llegan los comerciantes a adquirir los productos que sacamos del mar, es más, con los fuertes vientos tampoco salimos a pescar. La gente está triste, pero también muy enojada”, afirma el agente.

A esta situación se suma que las autoridades comunales de San Dionisio del Mar, donde desembarcan las lanchas de Santa María del Mar, informaron que en la asamblea de comuneros se puso una fecha límite para seguir permitiendo el uso de su embarcadero, por lo que a partir de febrero próximo los pobladores de Santa María del Mar perderán su única vía de acceso pues tendrán prohibido la salida por tierra y por mar.

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