“México no ha atendido con perspectiva humanitaria la migración”, dice Valeria Luiselli desde Oaxaca. Fotos: Mario Arturo Martínez.

“Lo que sucede en la frontera sur es un reflejo directo de lo que sucede en la frontera norte, de las políticas que Estados Unidos impone a México para que nosotros a la vez impongamos en lafrontera sur”, sostiene la escritora mexicana Valeria Luiselli.

En medio de la crisis humanitaria que atraviesa Oaxaca ante la llegada de miles de personas migrantes y cuya llegada masiva va en aumento, según las propias autoridades, la escritora Valeria Luiselli, quien es autora de los libros de ensayo «Papeles falsos» (Sexto Piso, 2010) y «Los niños perdidos» (Sexto Piso, 2016), relativos al tema de la migración, llegó a la Feria Internacional del Libro de Oaxaca(FILO) para dictar la cátedra del Premio Aura Estrada.

La ganadora del Dublin Literary Award por libro «Desierto sonoro» (traducido al inglés como Lost Archive Children), señala que las políticas públicas no responden a la perspectiva humanitaria con la que debería atenderse a la migración.

Comenta que desde hace varios años comenzó la “maquilización de la frontera”, derivando en conflictos que afectaron severamente el tejido social, como los casos de las “muertas de Juárez”. Sin embargo, sostiene que “Juárez no es un problema sólo mexicano, sino un problema de México en relación con Estados Unidos. Y lo mismo sucede ahora en estados como Oaxaca y Chiapas, corredores migratorios, afectados directamente por las políticas de Estados Unidos.

“La migración no se puede ver simplemente como un problema que se puede barrer debajo de la mesa. Es una realidad que va a ser cada vez más presente, porque se van a sumar a los refugiados, los exiliados políticos, los climatológicos, que huyen por la devastación de sus tierras de origen”, apunta.

Ante la situación que atraviesan personas de todos los territorios, señala que éste es el momento en el que se tendrían que estar reimaginando los tratados y leyes de asilo político, pues datan de los años 50 y no contemplaban las crisis climatolóticas.

A ello se suma, dice, la tendencia de los gobiernos locales de criminalizar a las personas migrantes. “Cuando pensamos en migración en términos numéricos y leemos noticias sobre las hordas, de diferentes nacionalidades, pero no tenemos contacto con nadie en esta circunstancia, nos es difícil empatizar, así como cuando leemos historias donde los migrantes son presentados como víctimas absolutas”, afirma.

Ante ello, sostiene que la labor mínima de escritoras, escritores, periodistas y del resto de las personas es hacer un mínimo esfuerzo por tener un contacto real con personas en esas circunstancias.

Desafortunadamente, señala, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no respondió de manera apropiada a la atención de la migración. “Le siguieron haciendo el juego a Trump y siguieron el juego más opaco de Biden”, afirma.

En Estados Unidos, comenta, existe una política que permite la criminalización y mercantilización de las y los migrantes. “Los centros de atención migrante en Estados Unidos son en su mayoría privados, los dueños son compañías privadas que lucran con el encarcelamiento, pues cada cuerpo produce 400 dólares al día.

Sobre su obra más reciente, «Ecos de la Frontera», Luiselli explica que se trata de un trabajo en proceso que ha resultado, hasta el momento, en una pieza sonora de 24 horas, que recorre la frontera completa y entre éstos elementos están también los testimonios de la migración, pero también de jornaleros, de maquila, sonidos de la naturaleza, etcétera.

Añade que en el proceso de ese trabajo, aunque la intención era desarrollarlo desde la frontera, del lado de México, los riesgos y la inseguridad en la frontera, obligaron a que en su mayoría se llevó a cabo desde Estados Unidos.

En el desarrollo de las investigaciones que han dado como resultado los libros que ha publicado, Valeria Luiselli ha conocido iniciativas, todas ciudadanas, que se dedican a ayudar a personas migrantes, por ello sentencia que existe la conciencia creciente en la gente de que las y los migrantes son y deben ser tratados como personas.

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