A 24 días del accidente, la Secretaría de Infraestructura , Comunicaciones y Transportes federal no ha realizado la revisión de la empresa; deudos reúnen documentación para indemnizaciones.

A 24 días de la volcadura de un camión de pasajeros que dejó 30 muertos y una decena de heridos al caer a un barranco, decenas de familias de la nación Ñu´u Savi, que habita en la región de la Mixteca de Oaxaca, siguen de luto por la muerte de sus seres queridos, reuniendo la documentación de las víctimas para poder entablar una mesa de negociación para que se les garantice la reparación del daño y las indemnizaciones de parte de la empresa Autotransportes Yosondúa. Mientras tanto, las operaciones de la línea de autobuses aún no han sido supervisadas por autoridades federales de transporte, por lo que sigue ofreciendo corridas.

Pese a tratarse de un accidente sin precedente,  la línea de autobuses sigue circulando de la Ciudad de México y el Estado de México a Santiago Yosoundúa, Oaxaca, con paradas en distintas comunidades de la región. Y aún sin multas o cancelación de permisos, confirmaron a EL UNIVERSAL el gobierno de Oaxaca y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes federal. 

“La empresa tiene un permiso federal y cumple los parámetros de acuerdo a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) en Oaxaca. Debido a que no está regulada en el ámbito estatal, hemos solicitado la información a la SICT y nos manifiestan que ha cumplido con los requisitos”, señala en entrevista Jesús Romero López, titular de la Secretaría de Gobierno de Oaxaca (Sego).

De acuerdo con el funcionario oaxaqueño, el gobierno estatal está atendiendo la parte jurídica con las familias y la empresa de autobuses, para lograr que se haga responsable del accidente. “Se ha seguido atendiendo a las víctimas, se les ha dado el respaldo financiero y están ahora en los trámites con las familias para las indemnizaciones de las personas que fallecieron”, detalla.

Para los deudos, este entramado  legal no hace más que mantener abierta una herida que les impide comenzar a procesar el duelo. José de Iturbide, originario de Chalcatongo, quien perdió a su madre en el accidente del miércoles 5 de julio, narra que el proceso de reunir todo el papeleo es arduo, por lo que tras el sepelio y los rezos, están volcados en ello. “Apenas estamos en proceso de entablar una negociación con la aseguradora de la empresa, estoy reuniendo los requisitos”, cuenta. 

Esto lo confirma José Nicolás, otro de los deudos quien al igual que otras diez familias de esta comunidad viven el duelo pero siguen con prisa recorriendo oficinas para conseguir los documentos de sus familiares víctimas del accidente, sin la certeza de que la empresa vaya a indemnizar a todos por igual.

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