Juxtlahuaca.— Un colectivo de 20 jóvenes multilingües especialistas en temas de ciberseguridad y de ciberinteligencia ayudan a mujeres de la Mixteca de Oaxaca a reducir los daños de la distribución digital de fotografías íntimas sin su consentimiento.
La mayoría de estos especialistas son egresados de tecnológicos de la Mixteca y se han dado a la tarea de ayudar a personas víctimas de ciberdelicuentes o cibercriminales, mediante la eliminación del material gráfico de las mismas.
“Vemos por la vida de la persona, si esperamos a que los policías o que la cuestión legal resuelva el caso, podría ser demasiado tarde. Mejor actuar de manera temprana, antes de que todo se empeore”, dice a EL UNIVERSAL Eduardo Sandoval, experto en ciberseguridad e integrante del colectivo SM Security
Uno de los casos más graves apoyado por el colectivo, cuenta, fue el de una joven triqui cuya expareja creó un perfil falso y un grupo para subir fotos íntimas y personales de la menor.
“Fue una situación muy cruel, porque nos comentó que ella quería suicidarse; ha sido uno de los casos más complejos que nos ha tocado atender”.
Recientemente, un grupo de mujeres de la zona triqui alta denunció la distribución de fotografías íntimas sin su consentimiento; una de las afectadas huyó de su comunidad.
Sexting y estafas, delitos comunes
Los delitos más comunes que atienden son las de fotos robadas al practicar sexting, estafas, ciberacoso, ciberbullying, robo de identidad, de cuentas de redes sociales y ciberextorsiones.“Hemos notado que han ido en aumento los casos de sexting, donde las personas difunden material gráfico de otras sin su consentimiento desde una cuenta falsa”, comenta uno de los ciberactivistas.
Las mayoría de los casos de víctimas de este delito atendidas por el colectivo son de menores de 13 a 17 años que “carecen de información sobre los delitos o de la Ley Olimpia”, explican los jóvenes.
De acuerdo con la Guardia Nacional, el sexting conlleva diversos riesgos para las víctimas, como acoso sexual, suplantación de identidad, imágenes en manos de delincuentes; además de que implica delitos como la pornografía infantil, abuso sexual y trata de personas.
Esta actividad está sancionada por la llamada Ley Olimpia, que dicta hasta ocho años de prisión a quien por cualquier medio “divulgue, comparta, distribuya, publique o solicite imágenes, audios o video de una persona, de contenido íntimo, erótico o sexual, ya sea impreso, grabado o digital, sin el consentimiento de la víctima”.
Hasta el momento, el colectivo ha resuelto más de 60 casos, mientras que 10 siguen sin resolverse. La mayoría de ellos son por sexting y estafa en línea, este último sucede a través de aplicaciones que ofrecen préstamos a los usuarios.
Aunque los usuarios instalan las aplicaciones con la intención de acceder a los préstamos, en realidad ceden el control de sus móviles sin saberlo: acceso a fotos, llamadas y mensajes. Ahí es donde comienzan las extorsiones: “si no hacen el pago, se difunden las fotos”.