Actualmente se considera que la lactancia materna es la mejor estrategia para mejorar la salud y prevenir la mortalidad infantil, pues en los menores amamantados disminuye la mortalidad por el síndrome de muerte súbita, y existe una menor frecuencia y gravedad de morbilidad por diarreas, infecciones respiratorias y dermatitis. 

En los últimos años se ha buscado sensibilizar y difundir los beneficios de la lactancia ya que la evidencia científica ha demostrado que los niños amamantados tienen mayor coeficiente intelectual, menos riesgo de diabetes, obesidad, asma y leucemia. 

Además también se han documentado beneficios para la madre, pues la lactancia materna se asocia con menor riesgo de sufrir  diabetes y cáncer de mama o de ovarios.

Finalmente, desde una perspectiva más amorosa y reflexiva la nutrióloga feminista Ileana Luis, nos comenta que amamantar puede llegar a representar una práctica de autonomía de las mujeres en la alimentación de los hijos y las hijas, abriendo la brecha a una reconciliación con el cuerpo y la capacidad lactante.