Ernesto Hernández, artista migrante lleva a EEUU las costumbres y tradiciones de Oaxaca

Ernesto Hernández Olmos estudió en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), específicamente en Bellas Artes. El destino lo llevó a los Estados Unidos (EU), en donde a través de la cultura, pues es artista plástico, ha logrado exaltar las costumbres y tradiciones de Oaxaca y también las que se practicaban en la antigua Mesoamérica.

Hernández Olmos ha tenido contacto con la comunidad latina en EU, quienes en muchas ocasiones rechazan sus raíces, aquellas costumbres y tradiciones que vienen de sus antepasados y que eran vigentes hasta la llegada de los españoles a nuestro país.

La percepción de Oaxaca

El maestro Olmos afirmó que los anglosajones, principalmente, aseguran tener un gusto grande por nuestro estado, gracias a la paz, el arte, la confiabilidad, la comida y las tradiciones.

El rechazo viene de la misma comunidad latina, que ve las cosas en el sentido contrario, pues considera denigrante y no desarrollado, las costumbres y tradiciones originarias, incluso sobajando su cosmovisión, dijo.

Destacó que la opinión sobre Oaxaca siempre ha sido positiva, no obstante, la misma gente del estado practica la discriminación, lo que ha trascendido las fronteras. Incluso señaló que cuando llega un oaxaqueño con la comunidad latina, inmediatamente es apodado “oaxaquita”.

Proyectos culturales, proyectos de sanación

Ernesto Olmos, gracias a la formación que recibió en este territorio ha podido llevar a cabo proyectos culturales en diversas partes de Estados Unidos. Las diversas empresas culturales que ha llevado a cabo le han permitido tener contacto con los niños migrantes, quienes escondían su lugar de origen para no ser víctimas de racismo.

Una vez que participaron en las actividades que ha impulsado, logró una transformación en estos menores, quienes ahora se dicen orgullosos de su identidad y raíces.

Trabajó con el Museo Mexicano de San Francisco, por lo que visitó lugares en condiciones adversas, incluso con exposición a bandas, no obstante esta actividad permitió que muchos niños no decidieran ingresas a estos grupos de jóvenes.

Posteriormente recibió el apoyo de asociaciones civiles y organizaciones culturales. Por ejemplo para el Día de Muertos recibió una invitación del Museo de Arte Contemporáneo de Chicago e incluso ha colaborado con el museo “Smithsonian”, que corresponde al indio americano.

Llevó a cabo un pequeño concierto, junto con una exposición de altares y pinturas. A esta experiencia cultural se ha sumando el tema de la medicina tradicional, por lo que ha arrojado resultados también en el tema espiritual.

La espiritualidad, otro enfoque de las actividades

Ha trabajado también en el conocimiento de la medicina tradicional, por lo que ha abierto una puerta hacia la espiritualidad. Destacando el conocimiento y uso de las plantas sagradas, por ejemplo los hongos que se consumen en Huautla de Jiménez, aquí en Oaxaca.

Destacó que existe una especie de segregación con respecto a los lugares en donde habitan los latinos y también los oaxaqueños, por lo que a través de las diversas actividades culturales se ha logrado apoyarse como comunidad.

El doctor Ricardo Carrillo lo invitó a participar en la “Clínica de la raza”, en donde existe un departamento de salud mental, por lo que ha llevado estos conocimientos a diversas partes del territorio estadounidense.

Cuando comenzó a trabajar la cultura apegada a la sanción, retomo ciertas costumbres de las comunidades originarias, tal es el caso del “huehuetlatolli”, que significa el dicho de los abuelos, es decir, cómo ayudar a los grupos o familias con los consejos de los antiguos.

De igual forma ha abordado los temas del antiguo calendario mesoamericano, tal es el caso del calendario maya, zapoteco, mixteco, entre otros. Estas actividades han permitido a los paisanos que viven en Estados Unidos, recobrar la identidad y saber quiénes son ellos.

El maestro Ernesto Olmos actualmente se encuentra en Oaxaca por un mes, pero continuará llevando todo lo que ha aprendido sobre nuestra cultura a aquellos que cruzaron la frontera en busca de una vida mejor, pero que llevan clavada en su sangre a los antiguos dioses.