
En los últimos años, el consumo de jugos verdes se ha popularizado como parte de dietas detox y planes de alimentación saludable. Sin embargo, diversos estudios médicos han documentado que la ingesta excesiva de jugos elaborados con vegetales ricos en oxalatos, como espinaca, acelga, betabel o kale, puede provocar una afección conocida como oxalato nefropatía, una forma de lesión renal aguda que, en casos graves, deriva en insuficiencia renal crónica. La Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de su información sobre salud renal, ha advertido que el consumo elevado de ciertos nutrientes y toxinas puede aumentar el riesgo de daño renal, especialmente en personas con factores predisponentes.
El mecanismo de daño ocurre cuando los vegetales altos en oxalato, al licuarse o extraerles el jugo, concentran este compuesto, lo que facilita su rápida absorción en el cuerpo. El exceso de oxalato circulante genera hiperoxaluria (alto contenido de oxalato en la orina), lo que favorece la formación de cristales de oxalato de calcio en los túbulos renales. Estos cristales pueden obstruir los conductos, inflamar el tejido renal, generar fibrosis y provocar insuficiencia renal. Algunos casos documentados incluyen a una mujer de 65 años que, tras consumir diariamente un jugo verde a base de espinaca como parte de una dieta detox, desarrolló insuficiencia renal aguda, requiriendo hospitalización y hemodiálisis. Otro caso, de un hombre de 68 años que ingería un litro diario de jugo verde con alto contenido de espinaca (aproximadamente 1,500 mg de oxalatos al día, unas diez veces más de lo recomendado), terminó en enfermedad renal crónica irreversible.
Entre los factores de riesgo para desarrollar este tipo de lesión renal se encuentran antecedentes de enfermedad renal crónica, cirugías gastrointestinales como el bypass gástrico, el uso prolongado de antibióticos que alteran la flora intestinal encargada de metabolizar los oxalatos, dietas extremadamente restrictivas o limpiezas prolongadas a base de jugos y deshidratación crónica.
Especialistas en nefrología recomiendan moderar el consumo de jugos verdes y evitar hacerlo en grandes cantidades o de forma prolongada. Sugieren además optar por vegetales bajos en oxalato como kale, lechugas o brócoli, cocer los vegetales antes de licuarlos para reducir su contenido de oxalato, mantener una adecuada hidratación diaria, equilibrar el consumo de minerales como calcio y magnesio, y acudir a valoración médica previa si se tiene antecedente de enfermedad renal o condiciones predisponentes.
En conclusión, aunque los jugos verdes pueden formar parte de una dieta equilibrada, su consumo excesivo y sin supervisión médica representa un riesgo real para la salud renal, especialmente en personas vulnerables. Es indispensable conocer los efectos metabólicos de cada alimento y evitar dietas extremas o mal diseñadas. La recomendación de la OMS y los especialistas en nefrología es clara: la moderación, la variedad en la alimentación y la vigilancia médica son fundamentales para prevenir complicaciones graves.