Un trágico accidente ocurrió el pasado sábado 31 de mayo durante el festival escolar “Protea Fees”, celebrado en la escuela primaria Laerskool Protearif, en la ciudad sudafricana de Krugersdorp. Una fuerte ráfaga de viento elevó repentinamente un castillo inflable en el que jugaban varios menores, provocando que al menos dos de ellos cayeran desde una altura estimada de 12 metros.

Los testigos señalaron que el inflable no estaba correctamente anclado al suelo, lo que facilitó que el viento lo levantara sin previo aviso. Imágenes y videos del incidente han circulado ampliamente en redes sociales, generando preocupación por las condiciones de seguridad en este tipo de actividades.

Uno de los menores sufrió una fractura de cráneo y otro una fractura en el brazo, ambos fueron trasladados de inmediato a un hospital local y posteriormente dados de alta, el primero el mismo día del accidente y el segundo el lunes 3 de junio.

La dirección de la escuela confirmó que se activaron protocolos de emergencia y que se está brindando apoyo psicológico a los estudiantes afectados. Además, afirmaron que cooperarán plenamente con cualquier investigación oficial para esclarecer lo ocurrido.

Expertos en seguridad han reiterado la importancia de anclar adecuadamente los castillos inflables, especialmente en condiciones climáticas variables, pues estos artefactos pueden comportarse como paracaídas al estar expuestos al viento.

El incidente ha encendido las alarmas sobre la necesidad de reforzar las regulaciones y supervisión en torno al uso de inflables en eventos escolares y comunitarios. Autoridades locales aún no han determinado si habrá sanciones o responsabilidades legales contra los organizadores.