Oaxaca de Juárez, Oax., 3 de mayo de 2025 — En medio de un contexto cada vez más hostil para las organizaciones defensoras de derechos humanos, el pasado fin de semana se registró un intento de robo en las oficinas de la asociación civil Ojo de Agua Comunicación, ubicadas en la calle Río Atoyac, en la colonia Los Ríos de la capital oaxaqueña. Aunque no se reportaron personas heridas ni daños materiales graves, el hecho ha encendido las alarmas entre colectivos y actores sociales que ven en este suceso una muestra más de la creciente vulnerabilidad en la que desarrollan su labor.

Mediante un comunicado público, la organización expresó su indignación por lo ocurrido, señalando que aunque lograron impedir que el acto pasara a mayores, el allanamiento representa una violación directa a su espacio de trabajo y un recordatorio de los riesgos que enfrentan quienes ejercen una comunicación crítica, comunitaria y comprometida con la defensa de los derechos de los pueblos.

“Este intento de robo no puede leerse como un hecho aislado ni fortuito. Se enmarca en un clima de creciente criminalización, vigilancia y ataques, tanto físicos como simbólicos, contra quienes trabajamos por la dignidad, la memoria y la justicia social desde los territorios”, señala el documento difundido por Ojo de Agua.

La organización, con casi tres décadas de trayectoria, ha acompañado procesos de comunicación indígena, documentales de denuncia, radios comunitarias y producciones audiovisuales centradas en temas de identidad, tierra, género y autonomía. Su trabajo la ha colocado como una referencia nacional e internacional en la comunicación con enfoque de derechos.

Este ataque se suma a una serie de incidentes que han afectado a otras organizaciones sociales en Oaxaca y en distintos estados del país. En los últimos años, oficinas de colectivos, medios comunitarios y centros de derechos humanos han sido objeto de robos, allanamientos, amenazas y vigilancia sin que se identifiquen responsables ni se activen mecanismos eficaces de protección.

Colectivos como Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca, la Red de Defensoras de Derechos Humanos y EDUCA A.C. se pronunciaron en solidaridad con Ojo de Agua, condenando el hecho y exigiendo a las autoridades estatales y federales garantizar condiciones de seguridad y no repetición. “No puede normalizarse que quienes defienden derechos tengan que trabajar entre cerrojos, rejas, miedo y silencio”, señalaron en redes sociales.

El intento de robo ha generado también preocupación entre radios comunitarias y centros culturales de la región, que ven reflejada en este suceso una amenaza que podría extenderse. Según informes de organizaciones internacionales, Oaxaca es uno de los estados con mayor número de agresiones contra defensores y comunicadores comunitarios, muchas veces en contextos de alta impunidad.

Hasta ahora, las autoridades no han informado públicamente sobre avances en las investigaciones ni si el hecho ha sido considerado con perspectiva de ataque dirigido. Ojo de Agua Comunicación pidió que el caso no sea minimizado ni tratado como un simple delito patrimonial, pues representa una señal alarmante sobre la fragilidad del entorno en el que operan quienes defienden la palabra, la memoria y la voz de los pueblos.

La organización reiteró que, a pesar del temor y la indignación, seguirá trabajando por una sociedad más justa, libre y plural:

“Nuestra convicción no se quiebra. Seguiremos caminando con nuestras comunidades, contando nuestras historias y exigiendo condiciones dignas para ejercer la comunicación libre y crítica que tanto necesita este país”.