El Gobierno de México, a través de la Secretaría de Educación Pública (SEP), ha anunciado una medida trascendental para combatir la obesidad infantil: la prohibición de la venta de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas en todas las escuelas del país. Esta normativa entrará en vigor el 29 de marzo de 2025, tras un periodo de adaptación de 180 días hábiles desde su publicación en el Diario Oficial de la Federación el 30 de septiembre de 2024.

Contexto y objetivos de la medida

La presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario de Educación, Mario Delgado, han subrayado que esta iniciativa busca enfrentar la alarmante epidemia de obesidad infantil en México, que afecta a aproximadamente 15 millones de niños y adolescentes. Estudios recientes indican que alrededor de 6 millones de estudiantes de entre 5 y 11 años presentan problemas de sobrepeso u obesidad, cifra que asciende a 10.4 millones en el grupo de 12 a 19 años.

Actualmente, el 98% de las escuelas mexicanas comercializan productos chatarra, el 95% ofrece bebidas azucaradas y el 79% vende refrescos. Además, solo el 20% de las instituciones educativas cuenta con acceso a agua potable. Esta situación ha contribuido significativamente al incremento de enfermedades relacionadas con la mala alimentación entre la población estudiantil.

Detalles de la normativa

La nueva regulación establece que, a partir de la fecha mencionada, estará prohibida la venta de alimentos y bebidas ultraprocesados en las instalaciones escolares y en sus alrededores. Los productos prohibidos incluyen papas fritas, antojitos mexicanos con exceso de calorías como tacos, quesadillas y chilaquiles, entre otros.

Para garantizar el cumplimiento de esta medida, se implementarán sanciones económicas para las escuelas que infrinjan la normativa. Las multas oscilarán entre aproximadamente 10,900 y 109,000 pesos, y podrían duplicarse en caso de reincidencia.

Acciones complementarias

Además de la prohibición, el Gobierno planea una serie de acciones para promover hábitos alimenticios saludables entre los estudiantes:

•Fomento del consumo de agua natural: Se pretende establecer bebederos públicos en la mayoría de las escuelas para 2030, facilitando el acceso al agua potable y reduciendo el consumo de bebidas azucaradas.

•Capacitación a docentes y autoridades: Se ofrecerán diplomados y talleres en colaboración con las secretarías de Salud, el IMSS y el ISSSTE para educar sobre la importancia de una alimentación balanceada y la promoción de estilos de vida saludables.

•Campañas publicitarias: Se lanzarán campañas de concientización dirigidas a estudiantes y padres de familia para informar sobre los riesgos asociados al consumo de comida chatarra y la importancia de una dieta equilibrada.

Reacciones y perspectivas

La medida ha sido recibida con opiniones divididas. Por un lado, expertos en salud pública y asociaciones de padres de familia la consideran un paso positivo hacia la mejora de la salud infantil. Por otro, algunos comerciantes y proveedores de alimentos expresan preocupación por el impacto económico que podría generar la prohibición en sus negocios.

Es importante destacar que esta no es la primera vez que México implementa acciones contra la obesidad infantil. En años anteriores, se han establecido impuestos a las bebidas azucaradas y etiquetados frontales en productos con alto contenido calórico. Sin embargo, la persistencia de altos índices de obesidad sugiere la necesidad de medidas más contundentes, como la actual prohibición en las escuelas.

Desafíos y consideraciones futuras

La implementación efectiva de esta normativa requerirá una coordinación estrecha entre diversas instituciones y actores sociales. Será fundamental garantizar que las escuelas cuenten con las infraestructuras necesarias, como bebederos de agua potable, y que se ofrezcan alternativas alimenticias saludables y accesibles para los estudiantes.

Asimismo, la educación nutricional jugará un papel clave en el éxito de la medida. Inculcar hábitos alimenticios saludables desde temprana edad y promover la actividad física regular serán esenciales para combatir la obesidad infantil de manera integral.

En conclusión, la prohibición de la venta de comida chatarra en las escuelas mexicanas a partir de marzo de 2025 representa una iniciativa ambiciosa y necesaria para enfrentar la crisis de obesidad infantil en el país. Su éxito dependerá de la colaboración entre autoridades, educadores, padres de familia y la sociedad en general para promover un entorno escolar que favorezca la salud y el bienestar de las futuras generaciones.