El Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) ha inaugurado una exhibición imperdible que explora el fascinante mundo de Francisco Toledo, uno de los artistas mexicanos más influyentes. Bajo el título Gráfica Toledo 1976-1987, la muestra reúne 42 obras que incluyen litografías, piezas en metal y xilografías, muchas de ellas nunca antes presentadas al público. La exposición estará abierta hasta marzo de 2024.

Jou Morales, coordinador de exposiciones del IAGO, explicó que esta colección refleja un periodo clave en la carrera de Toledo, marcado por la experimentación técnica y conceptual. “Es una oportunidad para ver obras únicas, especialmente litografías a color, que son poco comunes en su trayectoria”, afirmó Morales.

Un viaje por el arte de Toledo

La muestra no solo celebra la destreza técnica de Toledo, sino que también permite a los visitantes adentrarse en su universo creativo, lleno de animales fantásticos, tradiciones indígenas y un erotismo sutil. Entre las piezas destaca una serie donde cada obra, aunque basada en la misma placa, presenta variaciones únicas debido a las intervenciones del propio artista. Este enfoque experimental muestra cómo Toledo manipulaba sus materiales, borraba y añadía elementos para reinventar continuamente su trabajo.

Un legado de creatividad y cultura

Francisco Toledo (1940-2019) dejó una huella imborrable en el arte mexicano. Además de su vasta producción artística —más de 9,000 obras en diferentes formatos—, Toledo fue un incansable promotor cultural y defensor de la naturaleza. Fundó varias instituciones, incluido el propio IAGO, y dedicó su vida a preservar el patrimonio cultural de Oaxaca.

En esta exposición, el público podrá disfrutar de su “bestiario imaginario”: criaturas híbridas y animales como sapos, cocodrilos y tlacuaches, representados en su característico estilo abstracto. Asimismo, el erotismo juega un papel importante en las xilografías, con detalles sutiles que invitan al espectador a descubrir formas ocultas.

Una oportunidad única

El IAGO, creado por Toledo en 1988, se ha consolidado como uno de los espacios culturales más importantes de México. Esta exposición es un testimonio del legado del artista y una invitación para que nuevas generaciones se acerquen a su obra gráfica, muchas veces producida en talleres internacionales como el famoso Atelier 17 en Nueva York.

“La muestra permite entender no solo la evolución de su técnica, sino también su proceso creativo. Es una mirada íntima al trabajo de un maestro que cambió el panorama del arte contemporáneo mexicano”, concluyó Morales.

Para quienes deseen explorar esta colección única, el IAGO ofrece una experiencia enriquecedora que combina arte, cultura y el espíritu visionario de Francisco Toledo.

Con información de EL PAÍS