Oaxaca enfrenta una creciente crisis de salud mental en la población adolescente, con carencias graves en servicios psiquiátricos y de apoyo psicológico que afectan especialmente a jóvenes en situación de vulnerabilidad en comunidades rurales. La situación ha sido señalada por especialistas y organismos de salud que alertan sobre la falta de infraestructura, personal especializado y políticas públicas enfocadas en atender este sector, lo que genera un impacto profundo en las familias y comunidades.

Según datos de la Secretaría de Salud de Oaxaca y de organizaciones locales, los problemas de salud mental en adolescentes han aumentado considerablemente en los últimos años, en línea con tendencias observadas a nivel nacional. Sin embargo, Oaxaca enfrenta un desafío particular debido a las dificultades geográficas y económicas que limitan el acceso de muchas comunidades a servicios de salud mental. En particular, el estado cuenta con muy pocos psiquiatras especializados en la atención de adolescentes, y los centros de salud que ofrecen servicios de este tipo están concentrados en las principales ciudades, dejando a cientos de jóvenes en zonas rurales sin alternativas viables.

El doctor Gerardo Ortiz, psiquiatra con experiencia en la región, advierte que esta falta de servicios se traduce en un aumento de casos de depresión, ansiedad, y, en los peores escenarios, suicidio juvenil. “La falta de apoyo y seguimiento para adolescentes con problemas de salud mental en Oaxaca es alarmante. Estos jóvenes muchas veces enfrentan problemas en soledad, sin tener acceso a alguien que pueda orientarlos o tratarlos”, señala Ortiz.

A nivel estatal, las políticas de salud mental aún son insuficientes. Aunque el programa IMSS-Bienestar ha fortalecido en general la infraestructura médica en Oaxaca, la atención especializada en salud mental sigue siendo un tema pendiente. A esto se suman las limitaciones en el presupuesto destinado a la contratación de especialistas en psiquiatría infantil y juvenil, así como la falta de capacitación en primeros auxilios psicológicos para el personal de salud de los centros comunitarios.

Para algunos expertos, la solución no solo radica en aumentar los servicios psiquiátricos, sino también en promover una cultura de salud mental que permita la identificación y atención temprana de síntomas. Esto podría lograrse mediante programas de concientización en las escuelas y en las comunidades, y la capacitación de docentes y trabajadores sociales para que puedan detectar signos de alerta en los adolescentes y derivarlos a una atención adecuada.

Desde asociaciones civiles y grupos de apoyo, se han hecho llamados al gobierno estatal para que incremente los recursos en esta área y desarrolle un plan integral de salud mental que abarque desde la prevención hasta el tratamiento y la rehabilitación. Sin embargo, hasta el momento no se han anunciado planes concretos que permitan vislumbrar un cambio inmediato.

La falta de atención psiquiátrica en adolescentes en Oaxaca es una problemática urgente que demanda soluciones efectivas y sostenibles, tanto para garantizar el bienestar de los jóvenes como para fortalecer el tejido social en las comunidades afectadas.