Oaxaca hizo historia en 2020 al prohibir la venta de comida chatarra a infancias y adolescentes, pero ni el Gobierno anterior a cargo del priista Alejandro Murat, ni el actual encabezado por Salomón Jara, de Morena, han impulsado estrategias para que esta restricción se cumpla.
El 5 de agosto de 2020, el Congreso de Oaxaca aprobó reformar la Ley de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del estado para prohibir la distribución, venta, regalo y suministro de bebidas azucaradas y alimentos chatarra a menores de edad, esto pese a las presiones de la industria de alimentos ultraprocesados que días antes a la votación publicaron desplegados en contra de la medida, además del voto en contra de la Diputada del PRI Yarith Tannos, quien argumentó que la medida podría representar “un gran golpe para las empresas oaxaqueñas”.
Aunque el decreto con el que se promulga la ley fue publicado un mes después, quienes defienden los derechos de la infancia denuncian que tanto el Poder Ejecutivo local como el Legislativo han priorizado los intereses económicos antes que la salud de las y los menores de edad al no tomar medidas necesarias para que se aplique, en una entidad donde al menos 32 por ciento de niñas y niños viven con sobrepeso u obesidad, de acuerdo con datos del Registro Nacional de Talla y Peso del 2018.
Y es que desde la discusión la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), las cámaras nacionales de la Industria de Transformación (Canacintra), de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac), de la Industria Panificadora (Canainpa), la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), la Canaco y el Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo, A.C. (ConMéxico), este último agrupa a 44 empresas como Bimbo, Nestlé, Coca-Cola y Lala, se opusieron a la medida.
“El exgobernador Alejandro Murat dijo a un noticiero que iban a ver que la forma en cómo ‘aterrizar adecuadamente’ esta reforma de ley, esto porque cámaras como la Coparmex estaban en contra, argumentaron que iba a afectar a los pequeños negocios, o sea las tienditas, algo que es irrisorio porque ellos preponderaron la cuestión económica más que a la salud de las niñas, niños y adolescentes en el estado de Oaxaca”, expuso Felipe Sánchez, promotor de la campaña #OaxacaSinChatarra, en entrevista para el programa “En Defensa del Consumidor”, del Estudio B de SinEmbargo.
La reforma avalada en 2020 prohíbe vender, regalar y suministrar “bebidas azucaradas y alimentos envasados de alto contenido calórico en instituciones educativas públicas y privadas de educación básica”. Sin embargo, datos recopilados por la iniciativa Mi Escuela Saludable, muestran que 95.4 por ciento de 166 escuelas de Oaxaca analizadas durante ciclo escolar 2022-2023, aún venden comida chatarra.
Ante la falta de presupuesto para difundir e implementar la ley contra la comida chatarra y para exigir su cumplimiento, 10 organizaciones civiles crearon en 2022 la campaña “Por el derecho a una alimentación sana y nutritiva #OaxacaSinChatarra”.
Felipe Sánchez, coordinador del Centro Calpulli, una de las organizaciones promotoras de la campaña, explicó que se han enfocado en incidir en las y los habitantes a través de materiales digitales, cápsulas de radio elaboradas por menores de edad, la pinta de 11 murales en distintas localidades de Oaxaca para fortalecer sus tradiciones culinarias, con “El Recetario de la Tía Edu”, creado para difundir la cocina tradicional, así como con talleres.
“La familia, la escuela y la comunidad son los tres espacios donde se desarrollan las niñas y niños, por lo tanto este es importante que generemos corriente de opinión para generar una conciencia en los consumidores, los padres, madres de familia como responsables de los niños y niñas y adolescentes, también los maestros y maestras, ya que hay un público cautivo en las escuelas y es a través de ellas donde se debe concientizar para que a la hora del recreo no se consuman estos productos chatarra”, mencionó.
La campaña ciudadana ha incluido la elaboración de murales como los de la artista Ana Xhopa, en los que retrató alimentos y bebidas tradicionales de Oaxaca como el pozol, el tejate, diversos tipos de atole, frutas y postres. La intención fue posicionar la cocina mexicana, considerada patrimonio de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Pero el año pasado, Coca-Cola convocó públicamente a artistas oaxaqueños a presentar proyectos y ofreció una paga atractiva con la que no puede competir la iniciativa #OaxacaSinChatarra de las organizaciones y las comunidades.
“El capital siempre va a ser voraz y siempre se va a defender, eso es algo claro y va a comprar conciencias. Nosotras y nosotros empezamos a hacer murales en espacios públicos, cuando la empresa privada vio que se estaban haciendo también ellos mandaron a hacer sus murales, pero no tienen ese arraigo popular”, mencionó Felipe Sánchez.
El defensor adelantó que este año integrantes de la sociedad civil buscarán a las y los diputados que comenzarán a legislar después del proceso electoral de julio, a las y los presidentes municipales, y a los nuevos cabildos hasta que garanticen que ya no se oferte comida chatarra a las niñas, niños y adolescentes de Oaxaca.
Por Montserrat Antúnez