Aunque en México las temperaturas durante la temporada invernal no son tan extremadamente bajas como en otros países, sí es importante cuidarse para evitar diversos padecimientos en el cuerpo, y en particular en los oídos, advierte el Instituto Mexicano de Otología y Neurotología S.C. (IMON).
El frío provoca la contracción de los vasos sanguíneos que riegan las orejas y el oído, provocando que circule menos cantidad de sangre. Si la temperatura baja a menos de 0 grados, hay que tener cuidado de proteger las orejas, dado que se puede dañar la piel por el frío. En ese caso, se puede notar primero un enrojecimiento o, a veces, palidez, “piquetes” en la piel, y entumecimiento.
“Es raro que eso suceda en nuestro país, pero quienes viven en el norte o en altitudes elevadas pueden ser susceptibles a ello. Para prevenir hay que proteger la piel de la intemperie, y si ya comienzan los síntomas, buscar calentar la zona afectada”, recalcó Gonzalo Corvera, director del IMON, organización médica especializada en el diagnóstico y tratamiento de la salud auditiva con más experiencia en México.
Además, las bajas temperaturas pueden aumentar el riesgo de infecciones respiratorias, como la gripe, el resfriado y la Covid-19, que pueden extenderse al oído medio, causando otitis media, una infección dolorosa que puede causar pérdida de audición temporal.
¿Cómo proteger los oídos en invierno?
- Usar gorros o orejeras que cubran completamente las orejas.
- Evitar exponerse al frío durante períodos prolongados.
- Si es necesario estar al aire libre en el frío, abrigarse bien, incluyendo los oídos.
Además, para prevenir infecciones respiratorias, es importante:
- Lavarse las manos con frecuencia.
- Evitar el contacto con personas enfermas.
- Vacunarse contra la influenza y Covid-19.
Además de estas precauciones específicas para la temporada invernal, también es importante seguir estas rutinas para cuidar la salud auditiva en general:
- Evitar la exposición a ruidos fuertes.
- Secar los oídos cuidadosamente después de nadar o ducharse.
- No introducir objetos extraños en los oídos.
- Realizar revisiones auditivas periódicas.