De acuerdo con un documento oficial, las autoridades sólo pueden abastecer 33% del agua que se requiere en Oaxaca y la zona conurbada, por lo que actualmente 40% de la población se abastece con pipas, pero los usuarios están propensos a la propagación de enfermedades como el cólera, disentería, hepatitis A, fiebre tifoidea y la poliomielitis.
La sombra de la crisis del agua se acerca a Oaxaca y las autoridades federales y estatales han guardado silencio al respecto.
De acuerdo con documentos oficiales en poder de EMEEQUIS, Oaxaca está por encaminarse al desabasto para la población.
Las autoridades sólo pueden abastecer el 33% del agua que se requiere en Oaxaca y la zona conurbada.
«Dado el crecimiento demográfico de la ciudad de Oaxaca y su zona conurbada, actualmente se demanda el abastecimiento de 1,200 litros por segundo (lps) de agua potable; sin embargo las fuentes existentes se ven limitadas por lo que solo es posible suministrar 400 lps, generando un déficit de 800 lps; es decir, la población de la ciudad de Oaxaca y su zona conurbada cuentan con un abastecimiento insuficiente de agua potable», reconoce la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
La problemática se agrava porque la dependencia federal admite que «no se cuentan con estudios actualizados para definir las estrategias y acciones que contribuyan a definir un proyecto integral para el abastecimiento de agua potable a la ciudad de Oaxaca y zona conurbada».
Los municipios que componen la zona metropolitana de Oaxaca son: Magdalena Apasco, Nazareno Etla, Oaxaca de Juárez, San Agustín de las Juntas, San Agustín Yatareni, San Andrés Huayápam, San Antonio de la Cal, San Bartolo Coyotepec, San Jacinto Amilpas, Ánimas Trujano, San Lorenzo Cacaotepec, San Pablo Etla, Villa de Etla, San Sebastián Tutla, Santa Cruz Amilpas, Santa Cruz Xoxocotlán, Santa Lucía del Camino, Santa María Atzompa, Santa María Coyotepec, Santa María del Tule, Santo Domingo Tomaltepec, Soledad Etla, Tlalixtac de Cabrera y Villa de Zaachila.
Estos municipios junto con la capital ya enfrentan problemas de abastecimiento de agua.
«Actualmente al menos el 40% de la población se abastece mediante compra de pipas por no contar con suficiente agua a través del servicio que presta el Organismo Operador, eso sin contar la población que sigue incrementándose en las colonias aledañas», admite la Conagua.
Las alertas se encienden porque la dependencia Federal reconoce que el agua de pipas privadas representa un riesgo para las familias de Oaxaca y la zona conurbada.
«Debido al desconocimiento de la procedencia y a la falta de higiene en el manejo del agua para su venta en pipas, los usuarios están propensos a la propagación de enfermedades como el cólera, disentería, hepatitis A, fiebre tifoidea y la poliomielitis», se afirma.
El suministro de agua potable pública está a cargo del Sistema Operador de Agua Potable y Alcantarillado (SOAPA) de Oaxaca, el cual depende de 27 fuentes subterráneas, y 2 superficiales.
Como resultado de la falta de agua para la población, SOAPA tiene que recurrir a los tandeos en el servicio de agua potable, el cual consiste en programar el abastecimiento de algunas colonias solamente durante determinados días y horas, y tener que cortar el suministro en otros horarios, y con ello poder abastecer a otras zonas.
«Esto ha ocasionado el incremento en las inconformidades de los beneficiarios por no contar con un servicio continuo de agua potable», se admite.
Hoy no se tienen propuestas, estrategias y acciones que permitan definir un proyecto integral para el abastecimiento de agua potable en el estado.
«Debido a la sobreexplotación del manto acuífero, el volumen de las fuentes existentes está limitado; es decir, no es posible extraer mayores caudales; tampoco es posible pensar en mayores extracciones de agua en la periferia del acuífero o en las zonas aledañas a donde se han manifestado conos de abatimiento, ya que afectaría el flujo subterráneo hacia el valle de Zimatlán», se expone en el informe de Conagua.
Cada vez se tiene que perforar más profundo, sin embargo, el agua no tiene las mejores condiciones para su uso y consumo, «la calidad del agua subterránea está siendo afectada seriamente por el alto contenido de fierro y manganeso».
Además las fuentes superficiales existentes, ubicadas en los ejidos de San Agustín y San Felipe, presentan problemáticas sociales, debido a la exigencia de pagos excesivos por el permiso de utilizar los terrenos.
No solo es poca el agua disponible, la que hay no se cuida y está contaminada, reconoce Conagua.
«La calidad de las aguas superficiales, se ve afectada por las descargas residuales de las principales poblaciones asentadas en los valles, y que son vertidas sin tratamiento previo a los cauces del río Atoyac y Salado», se expone.
Con el paso de los años el suministro se ha complicado y se han hecho pocas inversiones.
No aumentan las fuentes de abastecimiento pero sí incrementa la demanda de agua por la construcción de nuevas colonias, además se registran desperdicios por la infraestructura hidráulica deteriorada.
«La infraestructura de distribución presenta deficiencias, falta de sectorización, fugas por bombeo directo en partes de la red, mal estado de tuberías y equipamiento deficiente. La infraestructura hidráulica para el abastecimiento es insuficiente. No se cuenta con estudios de preinversión para la construcción de nuevas fuentes de abastecimiento, por lo que no se ha construido infraestructura la infraestructura necesaria», indica la dependencia federal.
El Organismo Operador presenta problemas de eficiencia, no cuenta con un padrón de usuarios actualizado y tiene baja recaudación por el pago de servicios.
«Derivado de no contar con un servicio continuo y seguro del servicio de agua potable, los beneficiarios han dejado de pagar el servicio proporcionado por el Organismo Operador, ya que tienen que recurrir a la compra de agua en pipas de manera continua, incrementándose con ello sus gastos familiares», se indica.
La recaudación por el pago del servicio de agua potable, se ha visto reducida hasta en un 40% por parte del padrón de usuarios, por lo que no hay recursos para nuevas inversiones hidráulicas, disminuyen los recursos para la operación y mantenimiento de la infraestructura existente.
La crisis del agua llegó a Oaxaca y los gobiernos de la Cuarta Transformación, federal y estatal no tienen una solución en el corto ni en el mediano plazo, pero tienen la mira puesta en 2024 y no en solucionar la escasez de agua.