En marzo de 2022, la cantante oaxaqueña Lila Downs se presentó en vivo en el recinto cultural más importante de México: el Palacio de Bellas Artes, en el cual ofreció un espectáculo que quedó grabado para la historia.
Tal y como merece el recinto, la organización de sus dos presentaciones estuvo llena de retos que ella, junto con su difunto esposo, supieron sobrepasar.
“Es un gran honor que me hayan aceptado para presentarme en el Palacio. Sin embargo, fue un proceso muy largo, porque todo se pimponea con Bellas Artes, es decir; ellos te van respondiendo si lo aceptan o no”, confiesa la artista en entrevista con El Sol de México.
Detalla que aunque muchos consideran el Palacio de Bellas Artes como un lugar elitista, en realidad está regido por 21 sindicatos, entre los cuales están el Sindicato Nacional de Trabajadores de Cultura y el Sindicato Nacional de Trabajadores del Instituto Nacional de Bellas Artes.
“Estar en ese lugar y convivir con la gente de los diferentes sindicatos te enseña mucho sobre cada uno de ellos. El Palacio de Bellas Artes por dentro es como una ciudad pequeña, con personas muy diferentes entre sí, lo que te permite aprender mucho de ellos”, comenta.
Con la participación de más de 70 personas en escena, entre ellos la Banda Misteriosa; la Banda Brigida Santamaría de Tlayacapan, Morelos; el Mariachi Caballeros de México; la Compañía Nacional de Danza Folklórica y el Cuarteto Barro Negro, el concierto logró plasmar el lado más visual de Lila y su gusto de compartir escenario con sus paisanos.
“A través de los años hemos tratado de incorporar a bandas de música, bailarinas y a niños y niñas con diferentes talentos. Junto con mi marido, siempre busco la manera de interactuar con músicos de los pueblos de México y de Oaxaca”.
Sin embargo, durante su presentación también estuvo acompañada de grandes personalidades, como otra de las multi ganadoras del Grammy, Natalia Lafourcade, así como de Javier Camarena, el tenor más reconocido de México y el poeta Mardonio Carballo.
Entre los atractivos visuales más notorios de su show estuvieron los textiles mexicanos que la oaxaqueña portó con orgullo en el escenario del Palacio de Bellas Artes.
Uno de ellos fue un traje de charra con un bordado a mano que retoma la iconografía religiosa y popular, la cual conjunta con tradiciones y símbolos de la cultura mexicana.
Además, su presentación denotó el especial énfasis que su arte hace a las mujeres mexicanas:
“El arte tiene un impacto en las mujeres muy especial, no es tan interpretativo, muchas veces es intuitivo, es por eso que resulta hacer un análisis incluso de nosotras mismas”, explicó.
Asimismo, invitó a sus seguidoras a concebirse como una verdadera obra artística: “Se deben de concebir como la obra de arte más bella que existe, si no concibiéramos nuestra vida de ese modo todo sería muy aburrido”, dijo.
Orgullosa de sus raíces
Aunque hoy en día el mundo del espectáculo está más abierto a la comunidad latina y en especial a los mexicanos, Lila Downs dice que vivió en un México diferente, en el que esa apertura no existía.
“A mi me tocó un contexto hace más de 25 años en el que hablar de tu sangre indígena todavía era un tabú. Yo crecí en un pueblo donde pasaban mucho esas cosas y se burlaban mucho de mi madre y mi abuela por hablar el mixteco” cuenta.
La mexicana criada en Oaxaca dedica sus boleros a las injusticias sociales y al amor tanto a la patria como a sus raíces.
“En México muchas veces negamos nuestras raíces, pero hoy en día mucha gente alrededor del mundo ya se siente identificada con nosotros y nuestra cultura. Afortunadamente hoy se tiene un diálogo más abierto con estos temas”, afirmó.
Además, asegura que muchas personas ven de mala forma a los mexicanos por algunas posturas políticas internacionales y que uno de ellos es el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
“Ese hombre nos rechazó, nos humilló y nos hizo ver mal ante todo el mundo, lo que le dio una idea errónea a muchas personas sobre nosotros”, dijo.
Por ello, Lila pretende fortalecer y defender su cultura y a su país a través de su arte. Para ella, defender el patrimonio y su población es garantizar un futuro de dignidad humana para los mexicanos y sobre todo para los indígenas.
“Si bien no puede cambiar todo de la noche a la mañana, vamos por buen camino. Vemos que el tema de la diversidad de nuestra existencia está cambiando y cada vez está más presente”, cuenta.
La oaxaqueña antepone la cultura sobre cualquiera de sus obras, las cuales no sólo abordan la música. También ha aprendido otras formas de expresión del arte, como el textil indígena, el cual estudió en su tierra natal.
Asimismo, con el objetivo de compartir su amor por la tierra que la vio nacer, Lila prestó una de sus propiedades a la empresa Airbnb para que los amantes de esta región del país puedan hospedarse y disfrutar de unos días inmersos en su cultura.
La residencia, que está ubicada en San Francisco Tutla, un municipio ubicado a 20 minutos del aeropuerto de Oaxaca, tiene capacidad para 15 personas y cuenta con un temazcal, una piscina y un tapanco que funciona como otra habitación.
La casa fue diseñada por el padre de Lila, Allen Downs, un pintor y biólogo estadounidense que se enamoró de Anita Sánchez (madre de Lila) en una de sus visitas a México.
La propiedad bautizada como “La Casa de Lila”, terminó de construirse en 1999 y fue remodelada por ella y por su esposo en 2021.