
Bilbao, España.— Un nuevo caso de violencia vicaria estremeció a España este 30 de mayo, cuando un hombre de 43 años asesinó a su hija de 13 en su domicilio del barrio Larraskitu, en Rekalde (Bilbao), y posteriormente se quitó la vida. La madre de la menor, pareja del agresor, logró sobrevivir tras ser atacada con un arma blanca y fue trasladada a un hospital con heridas leves.
Según el informe preliminar de la Ertzaintza —la policía autonómica del País Vasco—, fue la propia mujer quien alertó a los servicios de emergencia tras lograr escapar del inmueble. Cuando los agentes ingresaron a la vivienda, hallaron sin vida al hombre y a la niña, cuyo asesinato se considera una forma extrema de violencia machista.
Las autoridades investigan el caso como un crimen de violencia vicaria, es decir, cuando el agresor utiliza a los hijos como instrumentos para dañar psicológica o emocionalmente a la madre. Este caso se convierte en el segundo feminicidio vicario registrado en España en lo que va de 2025, y el número 64 desde que comenzaron a registrarse oficialmente en 2013, de acuerdo con cifras del Ministerio de Igualdad.
Ni la policía ni los servicios sociales municipales tenían antecedentes de denuncias o reportes por violencia de género en esta familia, lo que ha vuelto a encender las alarmas sobre la necesidad de prevención y detección temprana de la violencia en el ámbito doméstico.
El lehendakari Imanol Pradales condenó enérgicamente el crimen y expresó su solidaridad con la madre sobreviviente. “La violencia vicaria es una de las formas más atroces de violencia machista. No puede haber ni una víctima más. Como sociedad, debemos actuar”, afirmó. En el mismo sentido, el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, calificó el suceso como una “tragedia insoportable” y declaró tres días de luto oficial en la ciudad.
Vecinos del barrio Larraskitu, consternados, afirmaron que nunca imaginaron que una tragedia de tal magnitud pudiera suceder en su entorno. “Era una familia tranquila, jamás vimos señales de problemas. Estamos devastados”, declaró una residente a medios locales.
Organizaciones feministas y colectivos ciudadanos han convocado a concentraciones y minutos de silencio en diferentes plazas de Bilbao y otras ciudades del país, como acto de repudio y solidaridad.
Este crimen vuelve a poner en el centro del debate público la urgencia de reforzar las políticas públicas de protección a mujeres e hijos, mejorar los sistemas de alerta y extender los mecanismos de apoyo psicológico y legal a víctimas potenciales.