
La reciente decisión del Departamento de Justicia de Estados Unidos de presentar cargos por terrorismo contra integrantes del grupo criminal conocido como “Los Mayitos” —brazo del Cártel de Sinaloa— ha generado un amplio debate en ambos lados de la frontera, al considerar que esta medida podría abrir la puerta a una posible intervención directa en territorio mexicano.
De acuerdo con la acusación federal presentada en la Corte del Distrito de Nueva York, varios miembros del grupo fueron señalados por planear, ejecutar y financiar actos de violencia “con el propósito de intimidar a la población civil y obtener control territorial”. Entre los acusados se encuentran presuntos operadores clave del narcotráfico, incluyendo familiares de Ismael “El Mayo” Zambada.
El gobierno estadounidense argumenta que los crímenes cometidos por esta célula criminal, entre ellos asesinatos, secuestros y tráfico de drogas a gran escala, constituyen actos terroristas por su impacto en la seguridad nacional y su efecto desestabilizador en comunidades de ambos países.
Reacciones y advertencias
Diversos actores políticos y expertos en seguridad nacional advirtieron que esta acusación no sólo representa un cambio de narrativa en el combate al narcotráfico, sino que podría sentar un precedente jurídico para justificar acciones extraterritoriales. “Si un grupo es calificado como terrorista, entonces las agencias estadounidenses tienen mayores facultades para perseguirlo dentro y fuera de su territorio”, explicó el exembajador Arturo Sarukhán.
Desde el Congreso de Estados Unidos, legisladores republicanos han promovido desde hace meses la idea de designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras, lo que habilitaría operaciones unilaterales, como la incautación de bienes, el bloqueo de cuentas y, eventualmente, intervenciones militares selectivas.
En México, esta posibilidad ha sido recibida con preocupación. Integrantes del Senado advirtieron que el país debe rechazar cualquier intento de violación a su soberanía, aunque también reconocieron que el creciente poder de los grupos criminales y la debilidad institucional en algunos estados generan condiciones propicias para estas decisiones internacionales.
Antecedentes y contexto
La acusación contra “Los Mayitos” se da en medio de una creciente presión política en Estados Unidos por abordar la crisis del fentanilo, droga que ha causado miles de muertes anuales y cuyo tráfico se atribuye en gran parte al Cártel de Sinaloa y al Cártel Jalisco Nueva Generación.
En meses recientes, altos funcionarios estadounidenses —incluyendo al secretario de Estado Antony Blinken y al fiscal general Merrick Garland— han señalado que los cárteles mexicanos representan una amenaza directa a la seguridad de su país.
¿Un nuevo paradigma?
Si bien el gobierno de Joe Biden no ha respaldado formalmente la designación de los cárteles como grupos terroristas, el hecho de que el Departamento de Justicia utilice este argumento en tribunales federales marca un giro importante que podría escalar a niveles diplomáticos.
Para especialistas como Falko Ernst, del International Crisis Group, este tipo de medidas podrían tensionar aún más la relación bilateral si no van acompañadas de cooperación y respeto mutuo. “Combatir al crimen organizado no puede ser una excusa para violar la soberanía ni para políticas de fuerza que ya han demostrado ser ineficaces”, advirtió.
Por ahora, el proceso legal contra “Los Mayitos” continúa en curso, pero el mensaje es claro: Estados Unidos está dispuesto a usar nuevas herramientas legales para enfrentar a los cárteles… aunque eso implique cruzar fronteras.