El reciente lanzamiento del “Chocolate del Bienestar” por parte del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum ha desatado una ola de críticas debido a las aparentes contradicciones con las políticas de salud pública implementadas previamente. Este producto, promovido como una iniciativa para apoyar a productores de cacao mexicanos, ha sido señalado por contener tres sellos de advertencia: exceso de azúcar, exceso de grasas saturadas y exceso de calorías. 

La controversia surge en el contexto de la reciente prohibición de la venta de comida chatarra en las escuelas mexicanas, medida que entró en vigor el 29 de marzo de 2025. Esta normativa busca combatir la alarmante tasa de obesidad infantil en el país, restringiendo el consumo de productos con altos contenidos de azúcares, grasas y sodio en entornos escolares. 

Organizaciones de salud y padres de familia han expresado su preocupación por lo que consideran un doble discurso por parte del gobierno. Mientras se prohíbe la venta de productos con sellos de advertencia en las escuelas, se promueve un chocolate que incumple con los mismos criterios nutricionales establecidos para proteger la salud de los menores.

La presidenta Sheinbaum ha defendido el producto, argumentando que la cantidad de azúcar en el “Chocolate del Bienestar” es mínima comparada con otros productos comerciales. Sin embargo, esta justificación no ha sido suficiente para acallar las críticas, ya que el producto aún presenta los tres sellos de advertencia que indican altos niveles de componentes no saludables. 

A las preocupaciones por la salud pública se suma la sospecha de un posible conflicto de interés: en redes sociales y medios digitales ha comenzado a circular la versión de que el “Chocolate del Bienestar” podría estar vinculado al proyecto “Chocolates Rocío”, una marca de alta gama asociada a los hijos del presidente Andrés Manuel López Obrador. Aunque no existe confirmación oficial de esta relación, la percepción de favoritismo o aprovechamiento político ha encendido aún más el debate, cuestionando la transparencia y los fines reales detrás de esta iniciativa.

Expertos en salud pública señalan que, aunque la iniciativa de apoyar a los productores nacionales es loable, es fundamental que las políticas gubernamentales mantengan coherencia en sus mensajes y acciones para garantizar la efectividad en la lucha contra la obesidad y otras enfermedades relacionadas con la alimentación.

La polémica en torno al “Chocolate del Bienestar” pone de manifiesto la necesidad de una revisión más profunda de las estrategias gubernamentales en materia de salud y alimentación, asegurando que las iniciativas económicas no contradigan los esfuerzos por promover hábitos saludables entre la población mexicana.