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El gremio veterinario de la Ciudad de México se movilizó para exigir justicia por el asesinato de su colega Héctor Hernández Cañas, ocurrido el 9 de febrero en Tultepec, Estado de México. Hernández fue apuñalado presuntamente por los propietarios de una perrita que falleció tras una cirugía en su clínica.
La manifestación, que recorrió las principales calles de la capital, se replicó en al menos 15 estados del país, incluyendo Jalisco, Michoacán, Guanajuato y Aguascalientes. Los profesionales de la salud animal demandaron mayor seguridad en su labor y sanciones más severas para quienes atenten contra su integridad.
El trágico incidente que desencadenó estas protestas ocurrió después de que Hernández operara a Mía, una perrita Yorkshire Terrier con una obstrucción esofágica. A pesar de los esfuerzos médicos, la mascota falleció, lo que llevó a los dueños a amenazar y extorsionar al veterinario, culminando en su asesinato.
Los manifestantes entregaron un pliego petitorio en las cámaras de Diputados y Senadores, solicitando la implementación de medidas de seguridad efectivas y la protección de los derechos laborales y humanos de los profesionales veterinarios.
La Fiscalía del Estado de México ha iniciado una investigación sobre el caso, aunque hasta el momento no ha proporcionado detalles públicos sobre los avances.
Este lamentable suceso ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de los veterinarios en México y ha generado un llamado urgente a las autoridades para garantizar su seguridad y dignificar su profesión.