Un legado construido con esfuerzo
En un rincón del taller de Ardema, un grupo de colaboradores trabaja en equipo, lijando, ensamblando y dando vida a muebles que pronto decorarán hogares y oficinas. La escena es más que un simple acto de carpintería; es un reflejo de los valores que han sostenido a esta empresa durante 31 años.
El negocio fue fundado por un hombre visionario, Valentín Avendaño, contador público de profesión, pero con un espíritu emprendedor que lo llevó a aventurarse en la carpintería. «Después de trabajar muchos años para una empresa, ésta cerró y con el dinero que recibió como liquidación mi padre inició Ardema con lo poco que sabía de carpintería por un curso que tomó en la secundaria. Con muchas pérdidas al principio, más de lo normal, pero con un deseo inmenso de demostrarle a todos, especialmente a mi mamá, que podía llegar lejos», cuenta Yessica Avendaño, actual directora de Ardema.
El negocio comenzó formalmente un 20 de febrero de 1994, con una plantilla de apenas dos trabajadores. Con el tiempo, fue creciendo hasta consolidarse como una de las carpinterías más reconocidas en Oaxaca. «Mi padre siempre decía que los límites nos los ponemos nosotros mismos, y con esa filosofía logró llevar a Ardema a otro nivel», recuerda.
De los primeros muebles al reconocimiento internacional
El primer mueble que fabricaron fue una puerta de tambor, un proceso que les tomó una semana, cuando hoy podría hacerse en un solo día. La calidad y el detalle en cada pieza pronto hicieron que Ardema destacara, y su presencia en la radio ayudó a consolidar su reputación. «En aquellos tiempos, salir en la radio era wow», dice Yessica entre risas.
La empresa fue clave en los primeros stands de la Feria del Mezcal, y con el tiempo diversificó sus diseños, pasando de muebles tradicionales a una línea más moderna y personalizada.
«Cuando mi padre falleció, fue un golpe muy duro. Llevaba 13 años trabajando con él, aprendiendo, compartiendo y creciendo. Me costó mucho retomar el rumbo, pero tres años después, aquí estamos, con energía renovada, confiados y con muchas ganas de continuar su legado», comparte Yessica con emoción.
El presente: un liderazgo con visión
Arquitecta de profesión y con 16 años en la empresa, Yessica ha sabido modernizar el negocio sin perder la esencia que su padre inculcó. «Al principio fue difícil cambiarle el chip a mi papá sobre las nuevas tendencias. En su momento, logramos un acuerdo: él seguiría con sus muebles tradicionales y yo introduciría diseños modernos». La respuesta del público fue inmediata, y con ello, Ardema evolucionó hacia una carpintería de vanguardia.
Liderar un negocio con tanta historia implica responsabilidad. «Tenemos un alto prestigio y quiero seguir manteniéndolo. Para ello, es clave motivar a los colaboradores, ser clara y transparente y mantener un buen feedback con los clientes».
Entre los mayores retos que ha enfrentado, menciona el machismo y la desconfianza por su edad. «Al inicio, muchos no creían en mí. Me veían joven y pequeña y preguntaban quién era el responsable de la empresa», cuenta entre risas.
Diseño, calidad y confianza: la fórmula de Ardema
El diseño de muebles ha cambiado en Oaxaca, y Ardema se mantiene a la vanguardia. «Ahora los diseños se presentan con modelado en 3D para que los clientes puedan visualizar sus espacios antes de fabricarlos».
Lo que distingue a Ardema de otras carpinterías es la calidad y el detalle. «La confianza y honestidad con nuestros clientes son claves. Muchos nos han confiado el diseño de sus casas y oficinas, y eso nos motiva a seguir mejorando», dice Yessica.
Uno de los proyectos más significativos de la empresa fue su colaboración con el arquitecto Luis Antonio Pérez Sánchez* en el diseño y elaboración de los muebles para una casa de descanso. «Fue un reto vestir su obra, cuidando cada detalle». También recibieron un reconocimiento en Almería, España, en 2022 por el volumen de ventas de placas para cocinas.
Yessica también destaca la relación cercana con sus clientes. «Más que clientes, he hecho muchos amigos. No es solo entregar un mueble, es acompañarlos en todo el proceso. He sido psicóloga, paño de lágrimas y hasta árbitro entre parejas que discuten sobre colores y materiales».
El futuro de Ardema
A 31 años de su fundación, Ardema sigue creciendo. «Pronto lanzaremos una línea de muebles modulares y herrajes con tecnología avanzada», revela Yessica. Aunque la expansión fuera de Oaxaca no está en los planes inmediatos, están afinando su modelo de negocio para que, cuando llegue el momento, sea un éxito.
«Siempre buscamos combinar la tradición con la innovación, logrando funcionalidad en cada diseño con nuevos materiales, herrajes y tecnología».
Yessica sabe que su padre estaría orgulloso. «Pá, Ardema sigue creciendo. Hemos evolucionado con proyectos más grandes y de mejor calidad, conservamos clientes de hace años y ganamos nuevos por la confianza y valores que nos enseñaste».
Una invitación abierta
Ardema es más que una carpintería; es un sueño familiar hecho realidad. «Les invito a conocer más sobre nosotros en redes sociales: Facebook, Instagram y TikTok como @ardema.muebles, y a agendar su cita al 951 204 9226. Con gusto les atenderé», dice Yessica con una sonrisa.
Y deja un mensaje final: «Cuando crees en ti, todo es posible. Volver a empezar es de valientes. Muchos ya no vuelven a intentarlo».
*Luis Antonio Pérez Sánchez: es un arquitecto y artista plástico mexicano, fundador del estudio ART’S. Reconocido por su innovación en el diseño y la sustentabilidad, fusiona arte y funcionalidad en proyectos residenciales, comerciales y culturales. Su trabajo destaca por su impacto en la arquitectura contemporánea y su compromiso con la identidad y creatividad mexicanas.
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