El Vaticano ha confirmado que el Papa Francisco, de 87 años, fue hospitalizado de emergencia el 14 de febrero debido a una infección respiratoria compleja. Hasta la fecha, su estado de salud sigue siendo delicado, lo que ha obligado a cancelar su agenda hasta el domingo 25 de febrero, incluyendo la audiencia jubilar del día 22 y la misa dominical del Ángelus.

Estado de salud y tratamiento

De acuerdo con fuentes oficiales del Vaticano, el Pontífice está recibiendo tratamiento en la Casa Santa Marta, su residencia dentro de la Ciudad del Vaticano, bajo estricta supervisión médica. Aunque inicialmente se descartó una neumonía grave, se confirmó que sufre una inflamación pulmonar que ha afectado su capacidad respiratoria.

Según El País, el Papa ha mostrado signos de mejoría en los últimos días, pero los médicos han recomendado reposo absoluto para evitar complicaciones. A pesar de su estado de salud, ha seguido trabajando desde su residencia y se ha mantenido en contacto con sus colaboradores más cercanos.

Cancelación de actividades y preocupación internacional

El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, anunció que todas las audiencias y eventos públicos del Papa han sido suspendidos. La misa del Ángelus del próximo domingo será oficiada por el cardenal Rino Fisichella, lo que ha generado especulaciones sobre la gravedad del estado del Pontífice.

El Huffington Post reportó que líderes religiosos y jefes de Estado han enviado mensajes de apoyo y oración por la pronta recuperación del Papa. Entre ellos, el presidente de Italia, Sergio Mattarella, y el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, han expresado su solidaridad con el líder de la Iglesia católica.

Antecedentes de salud del Papa Francisco

No es la primera vez que Francisco enfrenta problemas de salud. En 2023, fue hospitalizado por una bronquitis severa que requirió tratamiento con antibióticos intravenosos. Además, ha padecido diversas dolencias en los últimos años, incluyendo problemas en la rodilla y el colon, lo que ha llevado a especulaciones sobre una posible renuncia, similar a la de su predecesor, Benedicto XVI.

El Vaticano ha insistido en que no hay razones para alarmarse y que el Papa sigue atento a los asuntos de la Iglesia. Sin embargo, su ausencia en eventos clave ha generado incertidumbre sobre su capacidad para seguir liderando la Santa Sede en los próximos meses.

Fuentes:

El País

Huffington Post