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El pasado 21 de enero de 2025, Arnoldo Nicolás Romero, comisario ejidal y reconocido activista de Buena Vista, San Juan Guichicovi, Oaxaca, fue hallado sin vida tras haber sido reportado como desaparecido cuatro días antes. El cuerpo de Romero fue encontrado con múltiples impactos de bala en un rancho ubicado entre Santa Ana y Guichicovi, en una región marcada por tensiones sociales relacionadas con proyectos de desarrollo.
Arnoldo Nicolás Romero era una figura clave en la defensa de los derechos territoriales de las comunidades indígenas en el Istmo de Tehuantepec. En los últimos años, se había destacado como un fuerte opositor al megaproyecto del Tren Interoceánico, que busca conectar los océanos Atlántico y Pacífico mediante una vía ferroviaria en esta región. Romero denunciaba públicamente los impactos ambientales y sociales del proyecto, así como la falta de consulta previa con las comunidades indígenas, un requisito establecido por el Convenio 169 de la OIT.
La Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo (UCIZONI) condenó enérgicamente el asesinato y exigió a las autoridades una investigación exhaustiva. En un comunicado, la organización señaló que este crimen refleja el clima de inseguridad y violencia que enfrentan los líderes comunitarios que defienden los derechos territoriales en México.
“Arnoldo fue un hombre valiente que alzó la voz por nuestra tierra y nuestra gente. Su muerte no debe quedar impune”, declaró Rogelio Hernández, representante de UCIZONI.
Organismos nacionales e internacionales, como Artículo 19 y la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, también se pronunciaron sobre el caso. Ambas instancias subrayaron la importancia de garantizar la protección de los defensores de derechos humanos en el país, especialmente en zonas donde proyectos de desarrollo generan conflicto.
La Fiscalía General del Estado de Oaxaca informó que ha iniciado una carpeta de investigación y prometió esclarecer los hechos. Sin embargo, la desconfianza en las instituciones de justicia es alta entre los habitantes de la región, quienes han señalado repetidamente la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades.
El asesinato de Arnoldo Nicolás Romero se suma a una preocupante lista de agresiones y homicidios contra líderes comunitarios en México, un país catalogado como uno de los más peligrosos para los defensores del medio ambiente y los derechos humanos. Este caso pone nuevamente en el centro del debate la necesidad de garantizar el respeto a los derechos colectivos y la protección de los territorios indígenas frente a los intereses económicos.
La comunidad de Buena Vista permanece en duelo y exige justicia, mientras organizaciones sociales y de derechos humanos demandan que este crimen no sea olvidado.