
Juquila, Oaxaca. Cada 8 de diciembre, miles de fieles se congregan en la comunidad de Juquila para celebrar a la Virgen de Juquila, advocación de la Virgen María venerada bajo el dogma de la Inmaculada Concepción. Esta festividad no solo es un acto de fe, sino también un encuentro cultural y espiritual que atrae a peregrinos de todo México y el extranjero.
Desde días previos, la carretera a Juquila se llena de grupos de peregrinos que recorren cientos de kilómetros a pie, en bicicleta o en vehículos, como una muestra de agradecimiento y devoción. La pequeña imagen de la Virgen, de apenas 30 centímetros de altura, es el centro de las celebraciones. Según la tradición, la imagen es milagrosa y ha protegido a sus devotos desde hace más de 400 años.
El día principal, el 8 de diciembre, inicia con misas solemnes, cantos, y procesiones en honor a la Virgen. Las calles se llenan de color con danzas tradicionales, música de banda y la venta de artesanías locales, haciendo de Juquila un espacio de convivencia y fervor.
La festividad también es una oportunidad para impulsar la economía local. Comerciantes y artesanos ofrecen productos típicos, mientras los visitantes disfrutan de la gastronomía oaxaqueña. Además, el turismo religioso tiene un impacto significativo, ya que muchas familias abren sus puertas para recibir a los peregrinos.
La devoción a la Virgen de Juquila es una de las expresiones religiosas más arraigadas de Oaxaca y, en esta fecha, se une con el simbolismo de la Inmaculada Concepción, celebrada en todo el mundo católico. La combinación de fe, cultura y tradición convierte esta fiesta en una experiencia única y transformadora para quienes participan.
¡La Virgen de Juquila espera a todos con los brazos abiertos!