Sin agua, comida, enfermos y con llagas en las plantas de los pies, un poco más de diez mil migrantes avanzan del sur a la frontera de Estados Unidos, luego de que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador abrió las puertas al flujo masivo de extranjeros.
Tan solo esta madruga, unos mil migrantes que conforman la caravana autodenominada “Los fantasmas del Caribe” reanudaron su marcha de Mapastepec a Pijijiapan en donde esperan llegar y pernoctar para posteriormente cruzar a territorio oaxaqueño, en donde se habrán de sumar otros grupos de extranjeros que ya los esperan.
Tras bloquear la carretera por más de 30 horas, casi medio millar de migrantes de grupos vulnerables aceptaron el apoyo del Instituto Nacional de Migración, pero una gran mayoría decidió continuar su viaje en la caravana.