Estudiante de ingeniería vendió dulces para viajar a la NASA

Ana Laura Rodríguez López, es una estudiante de Tamaulipas que viajó a la NASA y hoy busca ayudar al mundo con sus creaciones. El camino no fue fácil, cuenta que para reunir los recursos para el viaje usó sus únicos 100 pesos, esta es su historia.

Es estudiante de ingeniería en Mecatrónica, es una joven con muchos sueños, se propuso una meta y ganó una oportunidad para acudir a la NASA en 2021, pero antes se enfrentó a la dificultad de obtener los recursos.

En una conferencia en el marco del Día Internacional de la Mujer, Ana Laura relató su camino y por lo que tuvo que pasar para lograr sus sueños.

Fue ahí cuando mostró una fotografía que hace un par de años se hizo viral, ella estaba en una plaza de Ciudad Victoria vendiendo dulces para reunir el dinero que ocupaba para su estancia.

 

“Muchos pueden pensar que se lo pagó su papá, lo consiguió con alguna beca o algo así y pues no, empecé vendiendo dulces en una plaza para poder pagar el primer programa que fue en Estados Unidos; me aceptaron y en ese tiempo mis papás no tenían trabajo, no teníamos ni siquiera para pagar la universidad y me aceptan y me dicen oye ocupas pagar 6 mil pesos para asegurar tu lugar”.

 

Relató que entonces tomó una decisión que cambió su vida y que la llevó a quién es hoy en día.

 

“Dije ‘yo no tengo dinero, tengo como 100 pesos y es todo lo que tengo como para una semana’ pero dije ‘tengo que hacer algo para que pueda juntar los 6 mil pesos porque es una oportunidad que no se me puede ir simplemente porque la situación está como ahorita’”.

Es originaria de Ciudad Victoria y actualmente tiene 23 años, estudió en el Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios 24 y actualmente cursa estudios en la Universidad Politécnica de Ciudad Victoria.

 

La joven no ha dejado que nada ni nadie rompa sus sueños y no la deje alcanzar sus metas.

 

“Una frase que me repetía mucho cuando estaba con los dulces en la plaza era ‘el que tiene fe en sí mismo no necesita que los demás crean en él’, al yo estar expuesto en la calle vendiendo dulces había gente que me decía que no, que estaba loca, que nunca lo iba a lograr y a lo mejor tenían razón entre comillas pero por algo se empieza”.

Sus papás la han apoyado y le hacen ver que “un castillo enorme súper bonito empieza con un bloque, con una piedra, así se empiezan los sueños”.

 

Entonces, añade, que ella haya empezado así no significa que no vaya a ser alguien con éxito y está en nosotros querer seguir o no.

 

“Busqué trabajo por todos lados pero no me daban porque era pandemia, yo únicamente con 100 pesos dije bueno voy a hacer lo que está en mis manos y resultó y fue porque creí en mí y me valió lo que la demás gente decía y eso es algo que siempre me repito”.

 

Quiere ganar un Nobel

Dice que admira a Albert Einstein y Marie Curie y subraya que “la ciencia no tiene género”, ella quiso estudiar en esta área porque quiere ayudar al mundo con sus creaciones. Cuando le preguntan dónde se ve en unos años, dice que tal vez ganando un premio Nobel.

 

Cuenta que en el camino se ha encontrado maestros que califica como machistas, pues le han comentado que una ingeniería no es para mujeres y dejan las tareas más difíciles a las mujeres.

 

Por ello siempre recuerda la frase “No permitas que mentes pequeñas te digan que tus sueños son demasiado grandes para ti”.

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Redacción: Milenio

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