No es novedad que para la fabricación de prendas u objetos de moda, los diseñadores se inspiren en ciertos elementos culturales de diferentes partes del mundo. No obstante, en el caso de México, la Secretaría de Cultura se ha lanzado varias veces contra marcas de ropa debido a plagio y apropiación cultural, desde empresas de fast fashion, como Shein, hasta firmas de lujo como Ralph Lauren, han sido señaladas por la dependencia.

Y el motivo de todas estas acusaciones siempre ha sido el mismo, la apropiación cultural de los pueblos originarios. De acuerdo con Yessica Huenteman, entrevistada en la publicación Apropiación cultural del Conocimiento Indígena/Originario en Chile, este acto se basa en relaciones desiguales donde no se les toma en cuenta a los “legítimos herederos” del patrimonio cultural, por lo cual existe una manipulación y tergiversación de los nuevos productos fabricados. Así mismo, la también diseñadora y ceramista Mapuche, lo considerado como una acción carente de “una mediación social y cultural reconocedora, reparadora, regeneradora e inclusiva”.

En este sentido, cuando las marcas extranjeras plagian los diseños de los pueblos indígenas, la Secretaría de Cultura solo ha condenado enérgicamente los actos y se les ha pedido a las empresas a explicar los motivos por los cuales usaron los bocetos culturales del país. Las acusaciones contra las compañías se han establecido conforme a los mandatos de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Sin embargo, a inicios de este año, el Gobierno de México emitió la Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas, la cual busca “reconocer y garantizar la protección, salvaguardia y el desarrollo del patrimonio cultural y la propiedad intelectual colectiva”. Con la ley queda prohibido realizar actos que atenten contra la integridad del patrimonio cultural y su uso, a menos que los pueblos indígenas y afroamexicanos estén de acuerdo con ello.

La iniciativa fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el pasado 17 de enero del 2022, con ella también se pretende que los beneficios económicos por la venta de productos con diseños indígenas o afromexicanos sean retribuidos a las comunidades o pueblos propietarios del patrimonio cultural.

Cuáles han sido las marcas señaladas por el Gobierno de México

La denuncia más reciente que ha realizado la Secretaría de Cultura fue contra la marca estadounidense Ralph Lauren por plagiar un diseño textil de las comunidades de Contla, Tlaxcala y de Saltillo en Coahuila. Además de condenar enérgicamente la situación, la institución llamó a la población a adquirir las prendas originales en el Complejo Cultural de Los Pinos. Hasta el momento la marca no ha emitido ningún mensaje.

Otra de las marcas señaladas por el gobierno mexicano fue Shein, al haber empleado los diseños de las comunidades de Yucatán, Campeche y Quintana Roo, sin el consentimiento de los pueblos mayas. El suceso se presentó en julio de este año y la dependencia envió una carta a la empresa de origen chino, donde le solicitó explicaciones sobre los fundamentos en los qué se basaron para fabricar las prendas de ropa y cómo se le retribuían las ganancias económicas a las comunidades. Tras el incidente la marca retiró las prendas.

Otras de las marcas que han cometido apropiación cultural han sido Zara, Anthropologie y Potowl, esto por usar diseños oaxaqueños. En el caso de la primera empresa, la Secretaría de Cultura la señaló por fabricar un vestido con elementos de la cultura mixteca. Por su parte, la compañía americana Anthropologie se apropió de diseños del publo mixe y, finalmente, Potowl hizo copias exactas de los estampados de la ropa de los pueblos zapotecos.