Los partidos del bloque opositor no descartan la posibilidad de una alianza de cara al proceso electoral 2022.
Dijo Héctor Larios, el dirigente interino, que se trata de una alternativa que no se puede descartar.
“Ya son varios partidos los que han manifestado la disposición de construir los acuerdos necesarios”, añadió.
Por su parte, el líder del PRD, Jesús Zambrano, que analizan cada una de las entidades, donde habrá comicios, para tomar una decisión.
Las entidades donde se elegirá nuevo gobernador son: Tamaulipas, Quintana Roo, Oaxaca, Hidalgo, Durango y Aguascalientes.
Los mandatarios que dejarán el cargo son los siguientes:
Francisco Javier García Cabeza de Vaca, en Tamaulipas; Martín Orozco Sandoval, en Aguascalientes; José Rosas Aispuro, en Durango; Carlos Joaquín González, en Quintana Roo: Alejandro Murata, en Oaxaca; y Omar Fayad, en Hidalgo.
Los primeros cuatro mandatarios son de extracción panista y los dos restantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Con la participación del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) podría cambiar el escenario político radicalmente.
La organización política en el poder consideró que podría ganar cuatro de las seis gubernaturas en disputa: Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas.
Acción Nacional continuaría en Aguascalientes y Durango.
En Hidalgo, la imagen del gobernador se deterioró constantemente debido al sinnúmero de problemas que no pudo resolver.
Nos referimos a la intensa actividad de los huachicoleros, las inundaciones de Tula, etc. En las últimas elecciones locales, Morena ganó 14 de las 18 diputaciones de mayoría.
En Oaxaca, el propio gobernador, Alejandro Murat, promovió a Morena con su actitud incondicional ante el presidente López Obrador.
En el Congreso estatal, los del partido guinda le arrebataron al PRI 19 de las 25 diputaciones.
En Tamaulipas, la crisis política que se vive con el controvertido gobernador Cabeza de Vaca, los pronósticos de triunfo favorecen al partido Morena.
El mandatario tamaulipeco tiene cuentas pendientes con la ley. En nada ayudaría a algún candidato recibir apoyo de un prófugo de la justicia.
En fin, los partidos de la oposición buscarán cerrar filas para enfrentar al partido en el gobierno y una de las maneras será continuar con su alianza.
Volverían, pues, a mezclarse las organizaciones políticas, alejadas completamente de sus ideología y principios.
Serán los electores quienes decidirán si están de acuerdo o no con la revoltura de partidos.
¿Usted qué opina amable lector?